Elaboración
Empezamos
primero llevando a ebullición la nata con 40 g de azúcar y el azúcar de
vainilla. Hervimos durante unos 10 minutos removiendo de vez en cuando y,
después, dejamos enfriar 5 minutos.
Introducimos la gelatina en agua fría para ablandarla. La exprimimos un poco y
la disolvemos en la nata caliente. Con la mezcla, rellenamos 6 moldes
semicirculares enjuagados previamente con agua fría. Dejamos enfriar y, a
continuación, introducimos en la nevera y dejamos que se cuajen durante al
menos 4 horas o toda la noche.
Para preparar la salsa, descongelamos las frambuesas. Hacemos un puré fino con
el azúcar glas tamizado y lo pasamos por un colador. Añadimos unas gotas de
agua de rosas, al gusto.
Lavamos las ciruelas, las cortamos transversalmente en láminas redondas y finas
y retiramos las pepitas.
Después, desmoldamos las pannacottas sobre platos.
Colocamos un trozo de ciruela encima y, sobre el
agujero, un arándano o una pasa (simulando el iris y la pupila). Preparamos el
glaseado para la tarta con el azúcar restante y 125 ml de agua siguiendo
las instrucciones del paquete y dejamos que enfríe durante 1 minuto. Cubrimos
con el preparado únicamente los trozos de fruta utilizando una cuchara pequeña.
Decoramos los “ojos” con la salsa de frambuesa, como si fuera sangre y
servimos.
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