lunes, 27 de octubre de 2014

TORTILLA DE BACALAO

Ingredientes:
    400 g. de bacalao ya desalado
    4 huevos XL o 6 huevos medianos
    1 pimiento verde
    1 cebolla o una cebolleta
    Un poco de perejil fresco
    Un poco de aceite de oliva virgen extra para saltear los ingredientes

    Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)




Preparación:
    Vamos a cocinar el bacalao ligeramente, mediante un pequeño escaldado, que nos va a permitir luego desmigarlo con facilidad. En un cazo ponemos agua a calentar y echamos nuestro pedazo de lomo de bacalao, con la piel hacia arriba y cubierto por un dedo de agua. Cuando comiencen los primeros borbotones retiramos del fuego y dejamos que atempere.
    Picamos el ajo bien fino, la cebolla en juliana y el pimiento en bastones del mismo tamaño. En una sartén amplia, vertemos aceite de oliva y sofreímos el ajo picado. En cuanto comience a “bailar” (moverse sobre el aceite), añadimos el pimiento y cocinamos unos 5 minutos a fuego medio. Es una verdura más “dura” que la cebolla y necesita más tiempo.
    Añadimos después la cebolla, salamos al gusto, y dejamos que poche todo junto a fuego medio 10 minutos más.
    Mientras se cocinan las verduras retiramos el bacalao del agua y comenzamos a separar la piel y las espinas, saldrán con mucha facilidad. Nos quedaremos con las lascas de bacalao, que desmenuzamos en pequeños trozos para que luego podamos comerlos perfectamente de un bocado.
    Una vez pochadas las verduras, añadimos el bacalao y rehogamos el conjunto 3-4 minutos. Picamos fino el perejil fresco y espolvoreamos por encima.
    Batimos los huevos y los salamos ligeramente (una pizca bastará). Los echamos a la sartén y dejamos que se vaya cuajando a fuego medio.
    Vamos plegando la tortilla sobre sí misma, como si preparásemos una tortilla francesa. La cocinamos por ambos lados y la retiramos cuando adquiera el punto que más nos guste, más o menos cuajada. Mi recomendación es que no la paséis demasiado, se disfruta más de ella si está bien tierna.
    Con cuidado, la pasamos a un plato o fuente y está lista para degustar. Podéis acompañarla de la ensalada que más os apetezca, por ejemplo una de brotes tiernos de canónigos y rúcula.

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